Una forma de explicar el fascismo es comparándolo con un gallinero.
Un gallinero donde hay fascismo, el gallo dominante echa fuera del corral o mata a las gallinas que no sean de color marrón o del color que él quiera y además, al resto de gallinas les impone leyes estrictas que, quienes no las cumplan o estén en contra de ellas sufrirán lo mismo que las gallinas diferentes a las que echaron del corral.
En un gallinero donde NO hay fascismo todas las gallinas, sean del color que sean, pueden estar en el corral. Además, pueden elegir a su macho dominante y tienen la posibilidad de elegir y de votar sus leyes.
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